El Perú indignado se levanta

El Perú indignado se levanta

EL PERÚ INDIGNADO SE LEVANTA

Esa bronca ha sido alimentada por la desfachatez de algunos congresistas, como Patricia Chirinos, quien insulta como quiere y difama porque puede, a quienes considera sus enemigos políticos.

El Perú indignado se levanta
El Perú indignado se levanta

Los indignados del Perú son una ola imparable, ellos ya encontraron el camino para expresar su tristeza, colera y decepción. Libertad de expresión bendita seas.

Óscar Vásquez: Periodista y exasesor presidencial

No fue el primero, pero si el más notorio, el rechazo de un grupo de clientes de una icónica taberna de Barranco, a la más viva expresión de un congreso despreciado por la mayoría de la población. Patricia Chirinos se ganó a pulso la cólera, la decepción, el repudio y la tristeza.

Estas son las palabras que expresan el sentimiento ciudadano de ese 91% que desaprueba al congreso, según el estudio de opinión pública del Instituto de Estudios Peruanos, para el diario la República.

Luego vino el duro golpe al ego del Wuaiky Oscorima en Ayacucho, sus paisanos le dijeron de todo, lan- zándole cuanto objeto encontraron a su paso. La reacción del pueblo se enmarca en los resultados de la encuesta: cólera, decepción y repudio son los términos dominan- tes entre los varones, las mujeres le agregan tristeza y corrupción. El hombre de los Rolex fue rescatado en un helicóptero.

La ministra de Cultura Leslie Urteaga ha tenido serios problemas en su gestión. Sus intervenciones no se limitan a su sector, es una asidua defensora de la presidenta al más puro estilo» Felpudini». Toda la bronca guardada contra la presi- denta se desató en el Gran Teatro Nacional cuando fue abucheada sin contemplaciones.

Tenemos la certeza que, si el ministro del MIDAGRI realiza alguna actividad frente a los sufridos agricultores, también llevará lo suyo, luego de su absurda declaración, asegurando que los peruanos estamos gorditos y no hay hambre. Todo por ganar el concurso del más sobón en el gabinete.

En ningún caso podemos justificar la violencia, la que debemos desterrar de nuestra sociedad. Esa violencia incendiaria como la que soltó el actual alcalde de Lima, al pedir en un mitin la muerte del entonces candidato Pedro Castillo o las estúpidas promesas de Antauro Humala, de fusilar a quien le da la gana.

La bronca guardada en el corazón de los peruanos se inició con el retroceso que nos han llevado a tener 10 millones de pobres. Aquellos que quisieran invitar al Ministro de agricultura una entrada de sopita con patas de pollo o saltadito de mollejas cuando hay suerte, con el clásico sabor a leña, porque el gas está por las nubes.

Esa bronca ha sido alimentada por la desfachatez de algunos congresistas, como Patricia Chirinos, quien insulta como quiere y difama porque puede, a quienes considera sus enemigos políticos.

Una indignación que no tiene cura, como el dolor de ver la impunidad de los autores materiales e intelectuales de las muertes en las protestas sociales, donde jóvenes peruanos encontra- ron como respuesta a sus reclamos, las frías balas que les cortaron sus vidas y dejaron a sus familias en una tristeza infinita. Sobre esas heridas sintieron la sal del insulto que los calificaba como terroristas, expresados por congresistas des- dazos de vergüenza y el sinfín de esperados por mantener sus suel- gollerías que ellos disponen para sí y porque sí.

Indignados por la terrible inseguri- dad, donde los sicarios andan suel- tos en plaza, atacando incluso al interior de los domicilios y ante la presencia de niños. La policía des- bordada y el congreso preocupado en otorgarle pensión al dictador que se fugó del país con decenas de maletas cargadas de sus pecados, para candidatear al senado japo- nés. Extraditado por la justicia y sentenciado por delitos de lesa humanidad.

Los indignados del Perú son una ola imparable, ellos ya encontraron el camino para expresar su tristeza, cólera y decepción. Libertad de expresión bendito seas.

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